– La manifestación de la libertad medica calienta motores –
la ESPAÑA SOBERANA no consiente la traición del estado
“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. (Artículo 1.2 de la Constitución española)
Este es el artículo de nuestra Constitución más poderoso y más subestimado por los españoles. Si lo leyéramos despacito, sintiendo cada una de sus palabras, creyéndolas, haciéndolas nuestras, nos daríamos cuenta de que es lo más parecido a una varita mágica con la que cambiar nuestra desdicha. El artículo 1.2 explicita que cada español es parte fundamental del edificio del Estado democrático. Y en consecuencia, el propósito del Estado no puede ser otro que el de ESTAR al servicio de quien le legitima: los españoles.
Pero la realidad nos muestra insistente todo lo contrario. Los españoles llevamos más de dos años y medio siendo testigos de la demolición controlada, por parte del Estado y del Gobierno, de nuestra soberanía, de nuestra constitución, de nuestros derechos, de nuestra economía, de nuestra cultura, de nuestra sociedad y de nuestros sueños. Todo ello en nombre de Agendas globalistas, destructivas de nuestros intereses nacionales, que no hemos votado ni consentido.
Los españoles nos acostamos cada noche con un peso más en el corazón para levantarnos cada día con un ataque más a nuestra supervivencia; hasta el punto de ver desaparecer de nuestras mesas la comida de nuestros hijos. Hoy ya sabemos que los políticos, que supuestamente nos representan, NO SON LA SOLUCIÓN sino que SON EL PROBLEMA. Un problema prescindible del que los españoles vamos a ocuparnos de inmediato.
Surge así la iniciativa “España Soberana” para restaurar la soberanía intransferible del pueblo español quien se responsabilizará en adelante del diseño y de la construcción del futuro al que aspira, en paz, libertad, verdad, salud, justicia y prosperidad. La primera misión de esta iniciativa es la de parar al Estado y a la OMS en su deriva totalitaria, porque nuestra salud es nuestra soberanía y nuestra soberanía es nuestra salud. Este hecho NO ES NEGOCIABLE.
Quién es la OMS y Por qué hay que pararla
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no es el ángel guardián de la salud de los seres humanos que habitan el planeta como sugiere su propia propaganda. Es un organismo corrupto dominado históricamente por los conflictos de interés, puesto que el 80% de su presupuesto lo financian las farmacéuticas. Siendo su mayor “donante” la Fundación Bill y Melinda Gates, los filántropos de pacotilla que han aumentado notablemente su patrimonio gracias a la gran inversión que han hecho en vacunas. Dicho de otro modo, con el zorro al cuidado del gallinero la OMS constituye el brazo geopolítico de la mafia de los fármacos y de las vacunas. Así, la sanidad pública global está dirigida por lo más parecido al crimen organizado pero con inmunidad legal. Un negocio redondo que no cesa de generar fórmulas para robar poder y soberanía a los Estados en detrimento de los ciudadanos.
En 2005 la OMS se sacó de la chistera el Reglamento Sanitario Internacional por el que se otorgaban el derecho a decidir las medidas sanitarias globales en el caso de pandemia. Así, la tiranía política médica vivida desde el 2020, que asesinó a decenas de miles de mayores, destruyó nuestra sociedad a todos los niveles, e impuso una inyección experimental que habría de provocar miles de muertes prematuras y daños innecesarios a millones de personas en el mundo, se lo debemos a los gobiernos que aprobaron ese Reglamento en su día, entre ellos el Gobierno de España con el PSOE – aunque cualquier otro habría hecho lo mismo, porque todos son lacayos de los intereses que los controlan. En la actualidad se está tramitando la reforma del Reglamento Sanitario Internacional para dar una vuelta de tuerca más al robo de poder y soberanía de los Estados. Casualmente le vuelve a tocar al Partido Socialista.
Hoy por hoy, la Constitución Española y la Ley de Autonomía del Paciente, en la práctica, no nos protegen de la tiranía médica de la OMS como hemos podido comprobar los dos últimos años y medio. Pero si permitimos que nuestro gobierno mantenga el apoyo a la reforma del RSI, como es su intención, el nuevo RSI junto con el Tratado de Pandemias, supondrían un jaque mate a nuestra libertad médica. Es decir, quedaríamos a merced del complejo industrial farmacéutico militar, un ente predador que solo busca su beneficio financiero a costa de nuestra salud. Estaríamos sometidos a cuantas vacunas o tratamientos quieran imponernos en nombre de la bioseguridad. Basta con que la OMS declare la Emergencia Sanitaria de Interés Internacional, de manera unilateral y arbitraria como ya hizo su presidente Tedros el 23 de julio de 2022, declarando la viruela del mono “Emergencia Sanitaria Internacional”, aún con la mayoría de votos en contra.
Leamos de nuevo el Artículo 1.2. “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Somos el pueblo soberano, la soberanía nacional reside en nosotros. Eso significa que nuestra nación es libre porque nosotros somos libres. Pero Nación y Estado no son equivalentes. La Nación es el pueblo, somos nosotros, seres libres, soberanos; el Estado, es la antítesis de la libertad. Es la organización política que debiera gestionar nuestra defensa, pero en la práctica constituye un ente esclavista por excelencia. Si los poderes del Estado emanan de nosotros y el Estado se está comportando como el chulo de la nación, sometiendo a sus nacionales a múltiples excesos totalitarios, sangrándolos cada día con mayores cargas y normas arbitrarias, solo tenemos que retirarle esos poderes que se ha atribuido, porque ciertamente no le hemos dado poder alguno para hacer suyas las diferentes agendas globalistas destructoras de los intereses nacionales, que nadie ha votado. Eso solo tiene un nombre: ALTA TRAICIÓN. Y sería del todo incomprensible que teniendo el poder en nuestras manos para cambiar ese ente enemigo del pueblo, siguiéramos sufriendo sus contínuos ataques.
Llegó el momento de decir BASTA y de tomar las riendas de nuestro destino antes de que sea demasiado tarde. El día 24 de septiembre los españoles quedan convocados a una manifestación que había debido celebrarse hace mucho tiempo. Seamos numerosos en alzar nuestra voz para recuperar el rumbo digno que todos queremos para España y los españoles.
