¿Pasaporte covid? – ¡no! gracias
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El virus Sars-Cov2 no ha sido aislado según los postulados Koch como así lo han confirmado numerosas instituciones en el mundo, una de las últimas el Ministerio de Sanidad en España.
- el Covid 19 es un síndrome no vinculado al Sars-Cov2 con un índice de superación del 99,97 % de los casos en menores de 70 años y en el 99,95 para los mayores de 70 años, haciendo innecesaria toda vacunación;
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el método de diagnóstico de infección por Sars-Cov2 mediante PCR no tiene validez científica alguna;
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las mal llamadas vacunas no son vacunas si no un arma biológica disfrazada de experimento génico autorizado para uso de emergencia, nunca antes llevado a cabo en la historia de la medicina, en violación del Código de Nüremberg, del Convenio de Oviedo y de la Carta Europea de los Derechos humanos;
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esas inyecciones inoculadas están ocasionando hasta 22 graves efectos secundarios como shock anafiláctico, parálisis facial, daños neurológicos permanentes, reacciones autoinmunes y paradas cardíacas y muertes;
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la inyección inoculada no aporta inmunidad y no impide contagiarse ni contagiar;
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no aporta inmunidad cruzada ni contribuye a la inmunidad de grupo;
El Parlamento Europeo decide obedecer una vez más los dictados de la industria farmacéutica a través de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, aprobando un “pasaporte sanitario” discriminatorio ¡en nombre de la libertad!
Es justamente esa medida, que supone el control total de la población, la que destruirá el mayor logro de la Unión Europea: la libertad de movimiento de personas, mercancías y capitales. Pero el neolenguaje globalista del totalitarismo europeo es así. Al control lo llaman libertad. Y al tráfico y venta milmillonaria de datos personales lo llaman protección de datos.
Los ciudadanos europeos de a pié creemos que esta propuesta adoptada en ausencia de bases legales, científicas, morales y razonables, significará la muerte del propio Parlamento Europeo, porque constituye un ultraje a la dignidad de la ciudadanía europea. El Parlamento Europeo se ha vendido y nos ha vendido, a la industria farmacéutica y de vacunación. Este Parlamento ha perdido su razón de ser, no representando de facto los intereses de la ciudadanía, por tanto, los ciudadanos europeos exigiremos su disolución. Los europeos no permitiremos que estas multinacionales sin ética ni moral dirijan la política sanitaria europea.
Y a pesar de que la ciudadanía europea se movilizó enviando decenas de miles de mensajes diarios a los europarlamentarios, la propuesta salió adelante por goleada. ¡540 votos a favor, 119 en contra y 31 abstenciones! – Solo dos eurodiputados españoles de 59 votaron en contra… (1 de Podemos y 1 de ERC)
Según la periodista Whitney Webb, estos pasaportes no son solamente para rastrear vacunas, son parte de un plan global orientado hacia una sociedad sin dinero, con una banca digital. En este plan el estatus de vacunación, la actividad económica y la identidad biométrica forman parte del mismo paquete. El tiempo le daría la razón solo treinta días más tarde. El 26 de mayo de España aprobaba la gravísima Ley 7-21 sobre “protección” de los datos personales que “cede” la soberanía personal de los españoles sobre sus datos genéticos y biométricos a la UE sin que el gobierno haya información a los españoles ni se haya establecido un procedimiento de oposición. El artículo 5 de la ley llega incluso a justificar los perfiles algoritmicos pre-crimen para presuponer la culpabilidad de un individuo ¡sin pruebas! Esto es fascismo puro y duro. La UE se convertirá así en el mayor repositorio de datos biométricos del mundo, con la venia del Parlamento Europeo, una vez más. Es el mundo según Zbigniew Brzezinski (1970): Cada ciudadano será objeto de una vigilancia total. Tendrá un fichero con toda su información que podrá ser visionado en cuestión de segundos… El poder gravitará en las manos de quienes tengan la información y puedan tratarla en tiempo real. Cada vez habrá menos espacio para los procesos políticos.
Y aquí comienza nuestra próxima iniciativa recuperar el control de los datos cedidos fraudulentamente sin nuestro consentimiento.