Ayer 5 de mayo, la OMS declaró el final de la “Emergencia Sanitaria Global por COVID 19”, si bien insiste en que eso no quiere decir que no exista una amenaza global. Admitiendo que el número de muertes asciende a 20 millones, sin por supuesto entrar a valorar los daños generados por las vacunas, ni por los protocolos homicidas de los hospitales, etc. Es más, sin inmutarse insiste en que “el COVID-19 ha puesto nuestro mundo patas arriba”, perturbando gravemente los sistemas sanitarios, causando graves trastornos económicos y sociales y sumiendo a millones de personas en la pobreza”. Este es el colmo de la psicopatía extrema, sabiendo que han sido las medidas tomadas o recomendadas por la OMS, en manos de la industria farmacéutica, al albur del Reglamento Sanitario Internacional, que espera su perfeccionamiento para causar más daño si cabe, el 24 de mayo próximo.
La otra buena noticia es que el mismo día 5 de mayo Rachel Walensky ha dimitido como Directora del CDC. El monstruo que obligó a los niños en USA a llevar mascarilla, copiado en el resto del mundo, que cambió la definición de vacuna, etc. etc. habrá que hacer una lista de sus aberraciones solo para recordárselas.
Rochelle Walensky, ha colaborado en la conspiración del uso de armas bioquímicas contra el pueblo americano y la población mundial. Parece ser que Walensky nunca prestó juramento cuando fue nombrada para su cargo. Y en su declaración jurada estipulaba que no era Directora del CDC, si no “asesora senior” como descubrió la abogada Lisa McGee en Vaxxchoice, por lo que presentó una denuncia contra ella y un sin fin de altos cargos electos del régimen Biden que habrían hecho lo mismo. ¡Necesitaríamos una Lisa McGee en España urgentemente!