OBJETIVO 8 – TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
DESMONTANDO EL ENGAÑO
“Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. Si promovemos la creación de empleo con la ampliación del acceso a los servicios bancarios y financieros, podemos asegurarnos de que todo el mundo obtenga los beneficios del emprendimiento y la innovación.”
¿Tenemos que recordarles que fueron ellos quienes impusieron el cierre de las economías con la declaración de plandemia en 2020 destruyendo millones de vidas y de negocios para propiciar la mayor transferencia ilícita de riqueza de los pobres a los ricos en la historia de la humanidad IMPUNEMENTE, en connivencia con los Estados?
Todos los objetivos de la Agenda 2030 parecen una carta a los Reyes Magos, pero este se lleva la palma. La primera frase chirría por todos lados. El crecimiento económico sostenido no es compatible con el crecimiento económico “sostenible” en sus propios términos. Esa es la paradoja. En realidad cuando ellos hablan de desarrollo sostenible quieren decir sostenido. Por otro lado el empleo pleno, productivo (que no bien remunerado) y el trabajo “decente” para todos (que no digno), es incompatible con la pretensión de sustituir el 40% de la fuerza de trabajo productiva y no productiva por robots en los próximos años. Casualmente algunas diputaciones, como la de Zamora, se han hecho tristemente famosas por proponer que a nuestros mayores los cuiden robots…
Esta primera frase, retorcidamente construida, para caer bien, tiene su razón de ser. La de prepararnos mentalmente para aceptar la parte fea de la propuesta; es decir prepararnos para desvincularnos del fruto de nuestro trabajo, concretado hoy en un salario pagado con moneda que tocamos y gestionamos. La idea es conducirnos al paraíso esclavista del salario ficticio pagado con dinero ficticio llamado “digital”, donde los bancos deciden cuánto, cuando, cómo y dónde gastar los créditos sociales que correspondan al fruto de nuestro trabajo y quitarnos la parte correspondiente de los impuestos, que cada vez serán mayores porque, claro, el trabajo pleno tiene un coste pleno… La palabra es CONTROL; ergo, esclavitud.
La única razón por la que quieren a todo el mundo en el planeta accediendo a servicios bancarios es para convertir a los seres humanos en obedientes esclavos vigilados y controlados. El ubicuo Bill Gates ha calculado que más de 1.000 millones de seres humanos en el planeta no tienen un D.N.I. que los identifique y por lo tanto tampoco cuenta bancaria. Eso supone que una parte importante de la población global sería “incontrolable”. El 81% se encuentra en África subsahariana y Surasia. Ahora se entiende por qué el Covid 19 nunca llegó a estos países. Es un virus que no quiere indocumentados. Así que nunca fueron vacunados porque nadie les llamó por teléfono para advertirles de que la vacuna era obligatoria.
¡Tenemos más de mil millones de seres libres! Eso sí, son pobres porque parece que la libertad y la pobreza van de la mano. Pero son expertos en supervivencia y en el uso de armas efectivas de caza. Ellos son, de hecho, la esperanza de la humanidad. ¿Nos imaginamos mil millones de gentes libres marchando por el planeta liberando a sus congéneres de la esclavitud sin que ningún policía pueda pedirle su D.N.I. para multarle? No estoy dando ideas, solo pensando en voz alta. ¿Cómo conseguirán integrarles en el sistema para evitar que haya un grupo incontrolado?
Naciones Unidas y las Corporaciones del Foro de Davos son artistas consumados en esos menesteres. A los gobiernos les convencerán de las múltiples vías de recaudación que se abren si tienen a sus nacionales “censados”, por el bien del pueblo, ya que así se les facilita la tarea de demostrar quienes son y el acceso a los servicios. Según el Banco Mundial esta gente tienen dificultades para acceder a los servicios básicos -incluido el acceso a la financiación e incluso a un teléfono móvil- y pueden perder importantes oportunidades económicas, como el empleo formal o la posesión de un negocio registrado. Las implicaciones de “proporcionar una identidad legal para todos, incluido el registro de nacimientos” van más allá de los derechos y las oportunidades individuales: poder verificar de forma fiable las identidades de su población es fundamental para que los países presten servicios de forma eficiente, refuercen su capacidad de obtener ingresos y fomenten el crecimiento del sector privado.
Uno se pregunta cómo estos pueblos han hecho un recorrido épico a lo largo de la historia y llegado hasta el 2022 sin esas “ventajas”. Aquí de lo que se trata, en nombre de la modernización y por supuesto del bien común, es de imponer a todos los países la dictadura del “Big Data” para someterlos a un modelo económico esclavista único que hace más eficiente el control de los esclavos que gozarían de un salario ficticio universal. Bill Gates, principal promotor de la identidad digital, acaba de “donar” 200 $ millones a tal fin.