OBJETIVO 4 – EDUCACIÓN DE CALIDAD
DESMONTANDO EL ENGAÑO
“Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
¿Quién define aquí lo que significa cada cosa? ¿Puede alguien creer que si la educación fuera de calidad, sin más adjetivos que la embarren, es decir, que garantizase una formación libre de adoctrinamientos sistémicos, en un marco de libertad de pensamiento y de actuación, para ejercer el pensamiento crítico, existirían las élites?
No. La educación no es otra cosa que un arma eficaz para adoctrinar a los esclavos que han de servir al sistema esclavista. Es evidente que si la educación funcionara a nuestro favor estaría prohibida.
Nada ha cambiado en el objetivo de los Rockefellers, desde que el 28 de agosto de 1920 se publicara en “The Montclair Times” un artículo de T. Gates, presidente de la Junta de Educación General de Rockefeller, en su publicación, ‘Occasional Papers, No. 1’, en la página 6 dice:
‘En nuestros sueños tenemos recursos ilimitados y el pueblo se somete con perfecta docilidad a nuestra mano moldeadora. Las actuales convenciones de educación hechas desde nuestras mentes y sin obstáculos por la tradición trabajamos nuestra propia buena voluntad sobre un pueblo rural agradecido y receptivo.
No intentaremos hacer de este pueblo o de alguno de sus hijos filósofos u hombres de ciencia o de aprendizaje. No hemos de suscitar de entre ellos autores, editores, poetas u hombres de letras. No buscaremos embriones de grandes artistas, pintores, músicos, ni acariciaremos siquiera la más humilde ambición de suscitar de entre ellos abogados, médicos, predicadores, políticos, estadistas, de los que ahora tenemos una amplia oferta.
La tarea que nos proponemos es muy sencilla y muy hermosa: formar a estas personas tal como las encontramos para que lleven una vida perfectamente ideal allí donde están”.
‘Así que organizaremos a nuestros hijos en una pequeña comunidad y les enseñaremos a hacer de manera perfecta las cosas que sus padres y madres están haciendo de manera imperfecta, en los hogares, en la tienda y en la granja.'”
Los estamentos educativos a todos los niveles han sido siempre la herramienta imprescindible de las élites para su perpetuación a lo largo de los siglos. Esa educación sectaria que ellos proponen a lo largo de la vida no es otra que la de reforzar la lección de una obediencia permanente a todas las edades. Porque no soportan que la vida en libertad sea la mejor escuela que podamos tener a lo largo de la existencia.
A falta de ese horizonte de libertad real en la enseñanza que nos hace crecer en libertad, en la educación que nos ofrece las élites se le lava el cerebro a los estudiantes con nuevas armas ideológicas diseñadas para fragmentar su vida en mil pedazos de manera que la expresión de su libertad se limite a contradecir a su propia naturaleza en vez de contradecir a un sistema que le esclaviza.
Si queremos salvar a nuestros niños de la esclavitud, de las ideologías, de la “sexualización”, de la confusión sexual, de los bloqueadores de pubertad, de las cirugías destructivas, y de mandatos contrarios a la razón y a la vida, como las inyecciones experimentales y las mascarillas, que son la vergüenza de nuestros centros educativos y la tragedia de nuestros niños, debemos empezar por eliminar esos estamentos educativos de nuestras vidas. Y crear las alternativas que protejan a los niños de las garras de los depredadores de niños.