OBJETIVO 14 – VIDA SUBMARINA
DESMONTANDO EL ENGAÑO
“Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Los océanos y los mares cubren el 70% de nuestro planeta y dependemos de ellos para obtener alimentos, energía y agua. Debemos protegerlos… y empezar inmediatamente a gestionar y proteger de forma responsable toda la vida marina en el mundo”.
El objetivo inconfesable aquí es el hacerse y controlar todos los recursos marinos, alimentarios y minerales.
Con el vertido de miles de bidones radiactivos al mar en los años sesenta, sin seguimiento alguno por los organismos internacionales competentes en cuanto al impacto de la radiactividad en el entorno marino y la evolución de esos bidones a lo largo de los años, uno creía que las cosas ya no podían ir a peor, pero los poderes que nos gobiernan, concretados en las Naciones Unidas y su socio depredador, el Foro de Davos, nos sorprenden a cada paso.
A estas alturas del relato de la “agenda ocultada” ya sabemos que el término sostenible se refiere al control absoluto de los recursos, en este caso marinos, tanto de alimentos como minerales. Así las citadas corporaciones imponen las piscifactorías con especies transgénicas como el salmón y la acuaponía. Menos conocido es el diseño de Naciones Unidas para destruir los océanos del mundo concediendo licencias a empresas mineras para desarrollar la minería de los fondos marinos a través de la creación de una agencia internacional llamada ISA (Agencia Internacional para los Fondos Marinos) ubicada en la antigua sede de Naciones Unidas para la Ley del Mar, en Kingston, Jamaica. Como ya es habitual en Naciones Unidas, este atentado viene disfrazando de bondad tecno-científica bajo la falsa etiqueta de “la década de desarrollo sostenible 2021-2030 para promover la investigación científica y la innovación tecnológica en apoyo de océanos más saludables y sostenibles, declarada por la Asamblea General en 2017, si bien ISA se creó en 1994.
https://www.isa.org.jm/about-isa; https://isa.org.jm/un-ocean-science-decade
En la práctica ISA es un organismo opaco donde los haya al que ya pertenecen 164 países incluida la Unión Europea, cuya misión no es tanto la de proteger los océanos mediante “un código de protección” como la de dar licencias de explotación minera de los fondos marinos. En la actualidad muchas de las más grandes compañías mineras en el mundo han lanzado ya su actividad de minería submarina en el oeste de África, Japón, o Corea del Sur. Al menos 30 empresas mineras, con fecha de 2020, tenían licencias para explotar regiones inmensas del Atlántico, del Pacífico y del Océano Indico. Pero el pedazo del pastel que están esperando estas empresas depredadoras es el acceso a las aguas internacionales que cubren más de la mitad de los fondos marinos y contienen más minerales valiosos que todos los continentes juntos.
Poco o nada sabemos los humanos de la inmensidad de la naturaleza porque la ignorancia favorece el saqueo, eso ocurre con todo pero muy en especial con los mares y océanos. Sin embargo algunos oceanógrafos como Wil S. Hylton, nos transmiten la visión “”de un paisaje irregular y dinámico con tanta variación como cualquier lugar en tierra firme. Montañas que surgen de llanuras submarinas, cañones que se abren paso a kilómetros de profundidad, aguas termales que brotan de las fisuras de la roca y corrientes de salmuera pesada que rezuman por las laderas y se acumulan en lagos submarinos. Allí se encuentran ecosistemas boyantes, criaturas nunca vistas: almejas gigantes, pulpos morados, cangrejos blancos y gusanos tubulares de 3 metros de largo, cuya cadena alimenticia no es de plantas sino de químicos orgánicos que flotan en el agua caliente. Un milagro de la vida donde menos se esperaba. Desafortunadamente para esas criaturas únicas, los oceanógrafos también encontraron cobre, níquel, plata, platino, oro, y piedras preciosas.
A pleno rendimiento, estas empresas esperan dragar miles de kilómetros cuadrados al año. Sus vehículos de recogida se arrastrarán por el fondo en filas sistemáticas, raspando los cinco centímetros superiores del suelo oceánico. Las naves que se encuentran por encima extraerán miles de kilos de sedimentos a través de una manguera hasta la superficie, retirarán los objetos metálicos, conocidos como nódulos polimetálicos, y luego arrojarán el resto al agua.
Parte de ese lodo contendrá toxinas como el mercurio y el plomo, que podrían envenenar el océano circundante durante cientos de kilómetros. El resto irá a la deriva en la corriente hasta asentarse en los ecosistemas cercanos. Un primer estudio de la Real Academia Sueca de las Ciencias predijo que cada barco minero liberaría unos 2 millones de pies cúbicos de vertidos cada día, lo suficiente para llenar un tren de mercancías de 16 millas de largo. Los autores lo calificaron de “estimación conservadora”, ya que otras proyecciones habían sido tres veces más altas. En cualquier caso, concluyeron, “una zona muy extensa quedará cubierta de sedimentos hasta tal punto que muchos animales no podrán soportar el impacto y comunidades enteras se verán gravemente afectadas por la pérdida de individuos y especies””.
Texto extraído del artículo de Wil S. Hylton La mayor operación minera de la historia está a punto de empezar. Es submarina y las consecuencias son inimaginables.
History’s Largest Mining Operation Is About to Begin – It’s underwater—and the consequences are unimaginable.
https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2020/01/20000-feet-under-the-sea/603040/
Mientras los fondos marinos serán saqueados por las corporaciones mineras de Davos, los gigantes tecnológicos preparan su parte de la colonización de los océanos. En septiembre de 2020 Microsoft anunció sus centros de datos submarinos en las costas de las islas escocesas de Orkney. Este es el Segundo experimento de Microsoft (2018), el primero fue en las costas de California en 2014.
https://www.datacenterknowledge.com/microsoft/microsoft-finds-underwater-data-centers-practical